Editorial: kindness is free

Colin Stevenson

Kindness can be both small and large and can make the world around you a better place, 2023.

Kindness isn’t always easy, but it’s always appreciated – well, not really. Nor is it always a great sweeping act of magnanimity; much of the most effective kindness in the world comes from everyday people choosing to care about each other. It’s almost always easier to think of yourself and make others’ needs secondary, and sometimes even our kindest actions receive no thanks. But if you’re intentional in your interactions, you can both excel in your goals and make room to help others along the way – regardless of how thankless doing so can sometimes be. 

There are two keys to creating kindness for others in your own life. One is making a determination to be aware of others around you. If you make it a habit, it becomes easy to practice subconscious kindness – holding doors for others, picking up dropped items, small things that just make life a little better for others. The other way requires a more deliberate dedication to caring for others, and it’s a bit harder but also more impactful. Fortunately, like most forms of kindness, it’s still easy to do and has an impact that outweighs the effort required to do it. Choosing to include kindness in every interaction is the first step to greater kindness. From there, it takes a dedicated effort; thinking about how others are feeling, and then thinking about how you can respect their mood. Taking a moment to understand others and tailor your tone and words accordingly can have a great deal of effect – and ultimately, it costs nothing.



La amabilidad es gratis

La amabilidad no siempre es fácil, pero siempre se agradece – bueno, no realmente. Tampoco es siempre un gran acto de magnanimidad; la mayor parte parte de la amabilidad más efectiva en el mundo proviene de la gente del día a día, quienes eligen cuidarse los unos a los otros. Casi siempre es más fácil pensar en ti mismo y hacer que las necesidades de los demás sean secundarias, y a veces nuestras acciones más amables no reciben las gracias. Pero si eres intencional en tus interacciones, puedes sobresalir en tus metas y hacer espacio para ayudar a otros en el camino, a pesar de lo ingrato que pueda ser a veces.

Hay dos claves para crear amabilidad para los demás en tu propia vida. Uno es tomar la decisión de estar consciente de los demás a tu alrededor. Si lo haces un hábito, se vuelve fácil practicar la amabilidad subconsciente: sostener las puertas abiertas para los demás, recoger objetos que se han caído, cosas pequeñas que simplemente hacen que la vida sea un poco mejor para los demás. El otro requiere una dedicación más deliberada para cuidar a los demás, y es un poco más difícil pero también más impactante. Afortunadamente, como la mayoría de las formas de amabilidad, sigue siendo fácil de hacer y tiene un impacto que supera el esfuerzo requerido para hacerlo. Elegir incluir la amabilidad en cada interacción es el primer paso para una gran bondad. De ahí, se necesita un esfuerzo dedicado; pensar en cómo se sienten los demás y luego pensar en cómo puedes respetar su estado de ánimo. Tomar un momento para entender a los demás y adaptar tu tono y palabras de acuerdo con ello puede tener un gran efecto y además no cuesta nada.