Editorial: Procrastination
Depending on who you ask, it’s either the reason college students can function, or the trait that holds them back the most. Some students love it, some detest it and some have a love-hate relationship with it. But regardless of their feelings about it, almost all students have at least some experience with procrastination. Detractors of procrastination are vocal, and say it keeps students from being responsible, effective and at their best. But some students say that putting things off to the last minute affords them the pressure they need to dive into projects and perform well. Some even go so far as to say it’s the only way they can get anything done.
The truth probably lies somewhere in the middle; productivity will go up if you avoid procrastination, but time to relax by yourself may go down. And it can be difficult for students to find the spark of motivation to begin a project; how many times have you sat down to begin a paper only to find that you have nothing to write? Times like those make it tempting to feel that you can only work when you have a deadline looming right over your head.
The challenge for students is finding a good balance. It’s okay not to furiously attack every project as soon as you get it; you have to give yourself time to reflect and, especially, time to relax. But the key is to not get so relaxed that all your projects suddenly have to be done at the same time. Remind yourself to deliberately relax sometimes – set aside some time for yourself and some time for your work. If you can get the balance right, you won’t eliminate stress from college entirely, but you’ll minimize it.
La procrastinación
Dependiendo a quién le preguntes, es la razón por la cual los estudiantes universitarios pueden funcionar, o es el rasgo que más los detiene. Algunos estudiantes lo quieren, algunos lo detestan y algunos tienen una relación de amor-odio con el. Pero aparte de sus sentimientos sobre eso, casi todos los estudiantes tienen al menos alguna experiencia con la procrastinación. Los detractores de la procrastinación son vocales y dicen que esto impide que los estudiantes sean responsables, efectivos y en su mejor momento. Pero algunos estudiantes dicen que posponer las cosas hasta el último minuto les da la presión que necesitan para meterse de lleno en proyectos y desempeñarse bien. Algunos incluso van tan lejos como para decir que es la única manera en que pueden acabar algo.
La verdad probablemente se encuentra en algún lugar en el medio; la productividad aumentará si evita la procrastinación, pero el tiempo para relajarse solo puede disminuir. Y puede ser difícil para los estudiantes encontrar la chispa de motivación para empezar un proyecto: ¿cuántas veces te has sentado para empezar un papel sólo para descubrir que no tienes nada que escribir? Tiempos como estos lo hacen tentador sentir que sólo puedes trabajar cuando tienes una fecha inminente sobre tu cabeza.
El reto para los estudiantes es encontrar un buen balance. Está bien no atacar furiosamente cada proyecto tan pronto cuando lo recibes, tienes que darte tiempo para reflejar y especialmente tiempo para relajarte. Pero la clave es no estar tan relajado que todos tus proyectos de repente tengan que hacerse al mismo tiempo. Recuérdate a ti mismo deliberadamente a relajarse a veces – reserva algo de tiempo para ti y algo de tiempo para tu trabajo. Si puedes conseguir el balance correcto no eliminarás el estrés de la universidad por completo, pero lo minimizarás.